Recientemente fuimos testigos de un hecho drástico en el panorama político español. El hasta ahora lento proceso de fascistización de la democracia burguesa, liderado por Mariano Rajoy, fue completamente acelerado. Y lo fue por dos razones:
1.) PSOE, Podemos, los partidos independentistas de Cataluña y otras fuerzas burguesas y democráticoburguesas practicaron, hace algo menos de un año, una moción de censura contra el gobierno del PP. Con esto consiguieron que el PSOE, un partido hasta entonces en caída libre y que había pasado por varias crisis internas (en especial el enfrentamiento entre Susana Díaz y Pedro Sánchez por discutirse la dirección del partido), se hiciese con el gobierno de España e iniciase una serie de reformas y medidas que eran un fiel reflejo de una socialdemocracia inconsciente de su propia muerte. Leyes insulsas, medidas insuficientes contra la precariedad, una crisis de las pensiones que sigue intacta, y una vendetta del PP que se ha materializado en el bloqueo en el Senado que impide que se aprueben los presupuestos del gobierno para el siguiente curso. El PP ya no tenía las riendas de la situación y necesitaba aliados urgentemente, no contento con su situación de simple candado en el Senado. El PSOE se había demostrado incapaz ya no sólo en la teoría, sino en la práctica, de dirigir un "cambio".
2.) El fascismo, tradicionalmente aglutinado en torno a un sector del PP y a partidos y organizaciones minoritarios, se constituyó en partido político aparte en 2013. VOX, como así lo llamaron, ganó fuerza especialmente a raíz de la propaganda franquista y anti-catalana que vociferaban todos los grandes medios de comunicación en este país. La crisis catalana fue aprovechada por VOX para que su discurso se hiciese oír en toda España. Este partido, escisión del sector abiertamente fascista del PP, ganó impulso suficiente como para que obtuviese unos resultados sin par en la historia de las elecciones en Andalucía, obteniendo 12 escaños y convirtiéndose en la llave con la que PP y C's (que llegó a gobernar en coalición con el PSOE en Andalucía) establecerían el primer gobierno andaluz no dirigido por el PSOE desde la Transición. La crisis del PSOE, resumida en un hecho clave.
Con todo esto, la ofensiva fascista en España parece clara. La ultraderecha (PP y C's) y el fascismo (VOX) se han unido en un tricornio político reaccionario. Las medidas xenófobas y por facilitar aún más la depredación del capital son obvias, entre muchas otras. Esto parece ser la antesala del fascismo, si no en el futuro próximo, más adelante. Una "izquierda" en crisis y atomizada, traicionada por sus líderes y flotando a la deriva. Una "derecha" más pertrechada que nunca y apoyada directamente en un partido fascista que crece peligrosamente.
Se nos alza la tarea de que esto no llegue a más; de revertir este proceso que puede dejar de ser una simple fascistización (pues esta no es un fin en sí mismo sino que prepara el advenimiento del fascismo). Sobre esto discurre el siguiente artículo.
* * *
Los
partidos tradicionales pierden fuerza año tras año tras incumplir
sus promesas electorales, dando al traste con las aspiraciones del
pueblo trabajador. Esto, sumado a los inacabables casos de
corrupción, que por otra parte son implícitos a la burocracia del
Estado capitalista y a la ideología burguesa dominante, hacen que la
coyuntura política favorezca la reaparición de partidos de este
tipo. Una clase obrera y un pueblo huérfanos de su Partido
Marxista-Leninista Unificado están cayendo en la trampa del
fascismo. Se nos imponen tareas antifascistas inmediatas, mientras
intentamos, en base a ellas, generar dicho Partido Marxista-Leninista
Unificado. Este Partido sólo puede nacer en el seno de un Frente
Popular Antifascista que nos garantice, a los elementos
marxistas-leninistas, el contacto diario con las masas.
(Tomado del documento)
Se puede descargar en pdf. aquí.
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