martes, 29 de octubre de 2019

La supuesta superación de la economía marxista

El argumento preferido de nuestros contemporáneos economistas y sociólogos burgueses consiste en afirmar que "el marxismo ya está superado"; que "no aporta las claves necesarias para comprender la sociedad del siglo XXI". Esta farsa se ha repetido constantemente a través de todos los niveles educativos de todos los países capitalistas (incluidos los revisionistas, donde, a su modo, hablan de la "superación del marxismo" por la teoría de tres al cuarto en boga -como el "socialismo del siglo XXI", el maoísmo, la " idea juche", etc.-).

En este texto hemos querido hacer referencia a una de las cuestiones que más desazón causa en los jóvenes que se están formando en el marxismo y en todo el elenco de "marxistas inexpertos" en general, que albergan serias dudas sobre los postulados fundamentales de uno de los puntos más complejos de la ciencia marxista-leninista: el análisis económico del capitalismo y de las transiciones económicas. Debido a esta inexperiencia es fácil engañarlos con pseudo-argumentos muy pulcramente presentados en contextos "profesionales" o "académicos" cuyo único fin es desarmar al proletariado, las masas y la juventud revolucionaria en su lucha contra el capital, arrancándoles la confianza en el arma imprescindible para llevar a término esta lucha: el marxismo.

El debate económico es, sin duda, un punto embrollado. Carece de "lugares comunes", es decir, de concepciones semejantes sobre la esencia o definición de los fenómenos económicos, siendo así que la comunicación de ideas se dificulta. Esto es particularmente cierto cuando hacemos chocar el análisis económico marxista-leninista con el de la economía política burguesa contemporánea. De esta dificultad estriba la necesidad de este artículo.

Hemos querido centrar la explicación de las concepciones económicas básicas del marxismo-leninismo acerca del capitalismo en un enfoque polémico confeccionado en torno a la crítica a la llamada "escuela austriaca" (von Mises, Böhm von Bawerk, etc.), pues consideramos que así la exposición quedará simplificada y, asimismo, se explicará de forma lo más sencilla posible cómo la crítica de la economía política burguesa al marxismo se basa hasta cierto punto en los postulados de la "escuela austriaca" y cómo estos se tambalean ante el mínimo análisis marxista.

Este texto, así pues, pretende exponer el "A B C" de la economía marxista mientras se demuele uno de los pilares del antimarxismo profesado por la "culta" burguesía y aquéllos a quienes se lo consigue inocular al repetirlo en todos los medios de los que dispone el capital. Esperamos haber conseguido el objetivo planeado.

Sin más dilación, el artículo puede leerse haciendo click en este enlace.


martes, 26 de marzo de 2019

Una posición marxista-leninista sobre el feminismo

Nuevamente hemos analizado la cuestión del feminismo para definir una postura completa y comunista acerca de esta corriente política que está ganando tantos adeptos en los últimos tiempos.

Los comunistas marxistas-leninistas debemos aclarar nuestras relaciones y discrepancias de base con el grueso de la teoría feminista.

Este artículo pretende completar la serie sobre la cuestión femenina que iniciamos a raíz del pasado 8-M, esclareciendo cuestiones mucho más variadas que en nuestro anterior artículo acerca de la brecha salarial. El origen del patriarcado, la teoría queer y el transfeminismo, la cuestión de género, el "mansplaining" y el rol del varón en la lucha emancipatoria femenina, la relación de la lucha de clases con la mal llamada "lucha de sexos", etc. es aquéllo sobre lo que versan estas páginas.

Esperamos que sea provechoso y esclarecedor.

"Los comunistas llevamos años diciendo que el patriarcado y sus reminiscencias adaptadas a las condiciones sociales del imperialismo, solo pueden llegar a ser enterrados definitivamente junto al capitalismo, que les sirve de espina dorsal, con lo cual, en este contexto, nuestro fin más profundo siempre será la toma de posesión de los medios de producción por los hombres y mujeres obreras, entendiendo al hombre y especialmente a la mujer no como una persona a la que explotar sino como un ser social que ha de contribuir a una nueva sociedad donde el núcleo socioeconómico fundamental, iría dejando de ser la familia para pasar a ser la propia sociedad entera. Esto ha de ser así porque las mujeres deberán ser partícipes activas y muy importantes del desarrollo industrial, agrario... del país, y la familia tendrá que dejar de ser una cuestión puramente privada para ser una cuestión social, significando esto que cada familia y cada descendiente de esta ha de ser parte íntegra de la sociedad socialista y de su construcción, en beneficio de toda la clase obrera. Por eso, el bienestar y la igualdad de oportunidades para cada familia ha de ser fundamentales para el desarrollo de toda la sociedad. Para esto es esencial que el socialismo impulse mejoras en los derechos laborales y sociales para que este tipo de desigualdades dejen de estar forzadas por unas políticas económicas que de por sí están basadas en la desigualdad, que es lo que ha ocurrido siempre en las sociedades que reproducen la lucha de clases, incluido, como es obvio, el capitalismo." (Tomado del documento)




viernes, 8 de marzo de 2019

Sobre la brecha salarial

Con motivo de las celebraciones del 8 de marzo (día de la mujer trabajadora), desde la OCTE hemos visto necesario aclarar la posición marxista-leninista en torno a cuestiones relacionadas con el feminismo y las luchas de la mujer.

Abriendo una secuencia de textos que cubrirán multitud de problemáticas en torno a este asunto, publicamos un análisis de la cuestión de la "brecha salarial". ¿Por qué tratar este tema? ¿No es algo obvio? "Las mujeres cobran menos por ser mujeres, debido a los engranajes secretos de la sociedad heteropatriarcal." Mostraremos que semejantes razonamientos carecen de lógica y no se corresponden con la realidad del asunto.

No negamos que exista una diferencia entre el salario percibido por hombres y mujeres. Esta es la única obviedad. Lo que queremos demostrar es que lejos de la explicación simplista en la que suele caer el movimiento feminista (como la reproducida más arriba), el asunto es mucho más complejo. En él se dan la mano una vorágine de factores tanto culturales como socioeconómicos y biológicos. El análisis concienzudo, sin tapujos ni prejuicios, es lo que caracteriza al texto que presentamos.

Como un problema exclusivo del sistema de trabajo asalariado, la brecha salarial es uno de esos males que serán consumidos por las llamas de la revolución proletaria que sepulte al capitalismo. La revolución, reiteramos, es proletaria. No feminista.

No negamos que el feminismo haya podido significar, en algunos países, ciertas mejoras sustanciales para la vida de las mujeres. Pero siempre dentro del marco capitalista, que es insuficiente para la mujer obrera. Como ya hemos señalado en otros textos, ante la dictadura mercantil del capital la mujer obrera se encuentra separada de los derechos que se le reconocen por la vil muralla del dinero. No se pueden costear sus propios derechos; careciendo del derecho a una vida laboral emancipada de los designios dictatoriales del capital se carece, por extensión, de cualquier otro derecho reconocido bajo condiciones del capitalismo.

Reiteramos: el feminismo es absolutamente insuficiente. Y no sólo eso, sino que las actitudes sectarias de género que se han desarrollado en su seno se han conseguido asentar como frenos a la unidad de la clase obrera, de sus mujeres y sus hombres. El término "feminismo" interpela únicamente a las mujeres. En su acepción común, a las de todas las clases sociales, preconizando una falaz comunidad de intereses entre las mujeres burguesas (que condenan a las mujeres obreras a la explotación asalariada y por tanto a su ausencia de dinero para costearse sus derechos) y las propias mujeres obreras. Por otra parte, el llamado "feminismo de clase" se refiere únicamente a las mujeres de una clase social determinada, fingiendo que su emancipación no parte de la emancipación del trabajo (masculino y femenino) respecto al capital.

La relación de desventaja de la mujer en el ámbito laboral, su cualidad de doble explotada (en el ámbito doméstico y en el laboral), la sitúa como uno de los puntales de la lucha de clases. Es por esto que su unidad con las luchas de sus compañeros de clase varones es tan necesaria. Se quiere minar esta unidad y, en consecuencia, se quiere ahogar a la revolución en absurdos sectarismos sexuales.

Nuestra exposición parte del hecho de que la situación aludida de desventaja de la mujer en la sociedad presente se desprende de su situación laboral, que la sitúa en un escalafón inferior de estatus y dificulta su capacidad para ejercer una independencia económica respecto a sus maridos, parejas, etc. Por esto, los problemas aludidos al "patriarcado" (mejor dicho: a sus reminiscencias adaptadas a las condiciones capitalistas) no son sino problemas del sistema de trabajo asalariado: de la propiedad privada sobre los medios de producción. Solucionando este último problema, se soluciona el anterior. Por eso la lucha de clases es la lucha absolutamente prioritaria. Y por eso la mujer burguesa es enemiga jurada de la mujer trabajadora: no existen intereses comunes entre ambas.

Pero los comunistas no luchamos en condiciones ideales. Una vez se han creado todas las asociaciones particulares de mujeres para luchar por sus derechos, nos vemos obligados a luchar por acumular fuerzas y por el Frente Antifascista también entre estas organizaciones. Esta razón nos lleva a la necesidad antes mencionada de aclarar nuestras posiciones en torno a toda la problemática de la lucha de las mujeres trabajadoras.