domingo, 2 de octubre de 2016

Celebrado con éxito el Ier Congreso del Partido Comunista del Trabajo de España

Los días 21 y 22 de agosto del presente año 2016 tuvo lugar un hecho destacable para el movimiento comunista español. La escisión marxista-leninista del P.C.O.E. organizó su tan ansiado y necesario Congreso Constituyente. Entre las decisiones de importancia destaca el paso del Partido a su actividad como tal, el fin del período preparatorio de su actividad que lo marcó desde su escisión del citado partido revisionista en el año 2015.

Ha sido un año de arduo trabajo que por fin ha dado sus frutos. Uno de estos lo estáis sujetando entre manos en este preciso instante. En efecto, el Partido resolvió el problema de la organización tanto de una web activa en Internet como de un periódico popular (marxista-leninista y accesible).

Nuestro Comité Central dejó clara la importancia de un periódico para comenzar la labor de organización de las masas trabajadoras y del proletariado en torno a su vanguardia comunista, por la revolución proletaria como fin estratégico. El periódico debía ser una herramienta de combate efectiva que sirviese fielmente a su cometido de elevar la conciencia de clase del proletariado para que señalase el camino al resto de clases trabajadoras y humildes.

Pero nuestra labor en el Congreso no se limitó a esto. Se trataron cuestiones de importancia desde la óptica científica del marxismo-leninismo, entre las cuales destacamos la cuestión nacional, la cuestión de la unidad de los comunistas en el Estado, la cuestión de la política de masas bolchevique, etc... Esto queda reflejado con precisión en nuestros estatutos oficiales y nuestro Programa [Nota nuestra. Que se publicarán posteriormente].

Dejamos claro, además, que sin la autocrítica fundamentada en los aportes científicos de los cinco clásicos del marxismo sería imposible crecer. Dichos clásicos no pueden ser otros que Karl Marx, Friedrich Engels, Vladimir Lenin, Iósif Stalin y Enver Hoxha.

Nuestro Partido desoye las mentiras con las que algunos supuestos comunistas que se dicen defensores de dichos clásicos cubren la doctrina de éstos. La doctrina comunista avanza aplastando a sus enemigos, y estos para combatirla y no perecer en los primeros intentos necesitan “vestirse” de simbologías comunistas, boquear esporádicamente algún slogan de los clásicos marxistas-leninistas, etc. Y este fenómeno general se concreta en nuestro país, ¡cómo no! Podemos ver como organizaciones comunistas hundidas en el barro y desenmascaradas (cada día más por nosotros –ayudados por su soberbia torpeza también-) pretenden esconder su oportunismo y revisionismo bajo la bandera de los cinco clásicos del marxismo-leninismo, sus posiciones nacionales e internacionales proimperialistas y contrarrevolucionarias con argumentos idealistas y de lo más surrealistas, mientras que otros pretenden excusarse en que no podemos tomar en consideración la obra de otros grandes pensadores y revolucionarios marxistas como Georgi Dimitrov, José Díaz, Joan Comorera, etc...

Nuestro Partido dejó claro en su primer congreso que hay una diferencia insalvable entre los verdaderos comunistas y los sentimentalistas rojos. Los primeros toman los problemas y los observan mediante el prisma científico del marxismo-leninismo. Los segundos se acogen a prejuicios sobre figuras pretendidamente revolucionarias. En el campo de éstos últimos no podemos dejar de meter a partidos revisionistas que, como el P.C.E (r) han ganado un indudable apoyo por parte de los comunistas más jóvenes, confundiendo la cruda e injustificable represión y tortura de los militantes de dicho partido con que éstos por ello hubiesen mantenido una “línea justa”. Pero debemos recordarles que en el Imperio Ruso (por poner un ejemplo), los populistas (antimarxistas y pequeñoburgueses) eran condenados sumariamente y asesinados como ganado. Esto no les hacía tener razón. Se puede ser torturado y no tener una posición marxista-leninista. No entenderíamos la condena de Puig Antich (último preso -anarquista- condenado a garrote vil por el régimen de Franco en los años setenta) si no comprendemos esta verdad.

Dejamos claro que una cosa es solidarizarse con el padecimiento de los presos políticos revisionistas, pero que esto nunca jamás debe ser confundido con un apoyo ideológico. El mismo P.C.E. (r) canta loas a un conocido vitoreador de la burguesía nacional (que como clase existe de la explotación capitalista a la que somete al proletariado, igual que la extranjera, aunque pueda unirse al proletariado en la guerra de liberación nacional desde un interés radicalmente opuesto, como sus intereses de clase), como es Mao Zedong, y cuando se supone que se “rectificó” esta postura; 1. No se hizo una verdadera crítica a su pasado maoísta y   2. Se ha comenzado a ensalzar al imperialismo ruso (cabe ver su polémica con ex-militantes del grupo oportunista-revisionista del P.M.L. – R.C. a través de la “Universidad” “Obrera” acerca de la cuestión de Rojava, que ambos resuelven de manera errónea).

El I Congreso de nuestro Partido abrirá sin duda un camino plagado de dificultades por el cuál andaremos con paso firme, armados con la ciencia leninista, sin la cuál sería imposible dar un sólo paso sin precipitarse al lodazal revisionista que nos condenaría (como enseña la historia y concretamente en el caso del movimiento comunista español). Pero sabemos que encontraremos el final de este camino y que escalaremos la cima de la revolución y la construcción del comunismo mediante la dictadura del proletariado. Este camino es difícil y largo, sí. Pero nuestro I Congreso nos ha marcado el camino.


¡Comunistas! ¡Sigamos la senda por la que nos guía el primer congreso del Partido Comunista del Trabajo de España!

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