¡Comunistas
de España! ¡Proletarios de España! ¡Obreros parados! ¡Pequeños propietarios
arruinados! ¡Funcionarios empobrecidos!
¡El P.C.T.E. os invita a acudir en calidad de simpatizantes
al I Congreso del Partido! Este tendrá lugar en la localidad vasca de Bilbao los días 21-22 de agosto de 2016. Para más
información, por favor contactad al siguiente correo: pcte@tutanota.com. Los
simpatizantes tendrán voz pero no voto, y tendrán que someterse a un debate
ordenado y educado. Quienes incumplan estas normas serán expulsados del
recinto, no pudiendo continuar su participación en las labores del Congreso.
Quienes quieran enviar un mensaje de saludos o felicitaciones por el Congreso
podrán hacerlo al e-mail arriba citado. Se leerán sus mensajes en el Congreso y
se colgarán en las resoluciones.
El P.C.T.E. no considera un gasto inútil de energías
explicaros por qué existen y el motivo de su invitación, mediante una breve
resolución de principios.
Desde el P.C.T.E. consideramos que quienes sean comunistas
honestos y quienes no puedan soportar las humillaciones a las que nos somete el
capitalismo, deben acudir a nuestro I Congreso para ayudarnos a reforzar la
definitiva organización de combate del proletariado y las masas trabajadoras,
en cuyas manos está el Porvenir. ¡Acompáñanos
a nuestro I Congreso, camarada!
I - Cuestión de Stalin
Para introducirnos en este punto, a nuestro juicio hemos de
realizar una breve de reseña de quien fue J. V. Stalin. Fue el más fiel
discípulo del clásico marxista, y su más cercano camarada y resuelto compañero
de armas: V. I. Lenin. Desde sus inicios fue un ejemplo de militante marxista
revolucionario y organizó el movimiento obrero en el imperio zarista bajo los
principios leninistas ante la dificilísima situación que imperaba allí. Siendo
un desenvuelto revolucionario en la práctica, se consagró como militante
destacado por un extraordinario conocimiento de la dialéctica materialista y la
ciencia marxista-leninista. Fue un claro ejemplo de cómo debe militar todo
revolucionario de base del partido comunista.
La historia le encomendó ser el más fiel discípulo de Marx,
Engels y Lenin, y después de tantos años de militante revolucionario, se templó
en el acero marxista-leninista convirtiéndose en uno de los mayores teóricos
marxistas del siglo XX y un maestro junto a aquellos a cuya obra él siempre fue
fiel: Marx, Engels y Lenin.
Dirigió la construcción del socialismo en la Unión
Soviética llevando a cabo la industrialización socialista y colectivizando el
campo, asentando la Revolución de Octubre y convirtiendo a la U.R.S.S. en el
centro de la revolución proletaria mundial.
Describió concisamente el fenómeno del fascismo a la
perfección y lo derrocó finalmente en la Gran Guerra Patria, que fue una guerra
de la humanidad antifascista y antiimperialista para establecer las democracias
populares, y, rompiendo el cordón sanitario, ulteriormente crear el poderoso y
espléndido campo socialista (1948-1953).
Todas sus obras van dirigidas a unir al Movimiento
Comunista Internacional bajo los principios marxistas-leninistas contra todo
tipo de desviacionistas del comunismo (v. conciliacionistascentristas,
bujarinistas, trotskistas, revisionistas modernos, etc.). Y como demostró la
historia, lo logró, pese a la triste traición revisionista posterior. La mafia
revisionista no sólo sobornó a los dirigentes de las organizaciones obreras y
comunistas, no sólo trató a través de cauces organizativos conseguir insertar a
su camarilla revisionista-burguesa, sino que asesinó y liquidó a sus enemigos,
siendo la gran mayoría de estos: los insobornables marxistas-leninistas.
Los revisionistas tratan de desmantelar la obra de Stalin
ya que atacarlo (como revolucionariocompendio de Marx, Engels y Lenin juntos)
significa rechazar el comunismo científico para así poder teorizar en favor de
la burguesía y/o pequeña burguesía en detrimento de la clase obrera. El
P.C.T.E. (a diferencia de los partidos que supuestamente reivindican a Marx,
Engels y Lenin, e incluso de los que reivindican a Stalin, y, así como a Hoxha)
admite la crítica como método para desarrollar el marxismo-leninismo y
limpiarlo de sus impurezas, tal y como nos enseñó Stalin. Toda crítica a Stalin
que se ha hecho resulta defectuosa y cae por su propio peso teórico en el
antimarxismo y en el campo práctico en posturas antisocialistas-soviéticas. La
defensa de Stalin es una condición necesaria para demarcar a quienes son
revisionistas, como quienes lo atacaron (entre ellos Jrushchov y Mao, y en
España, Carrillo y toda la “izquierda” actual), y quiénes marxistasleninistas.
J. V. Stalin no solo fue un ejemplo de militante, fue un
maestro del marxismo-leninismo. Su obra (práctica como teórica) es una
contribución universal al marxismo-leninismo. Su obra conocida hasta hoy día
consta de 18 tomos. Los militantes del P.C.T.E. podemos decir orgullosamente
que tratamos de ser los más abnegados discípulos de Stalin, estudiando
profundamente su obra y realizándola sobre la práctica.
¡Camarada
comunista, si defiendes la figura de Stalin al igual que nosotros, asiste al
1er congreso del P.C.T.E.!
II
- El XX
Congreso del PCUS (1956) como punto de inflexión en el Movimiento Comunista
Internacional y origen de su degeneración
Haciendo un análisis retrospectivo podemos observar como a
raíz de este congreso el antimarxismo revisionista se hace sistemático en la
mayoría de los Partidos Comunistas a nivel internacional. Consideramos que el
XX congreso fue una manifestación formal y amplia del revisionismo que se había
estado gestando previamente. Juzgamos que el XX congreso fue el punto de
partida del revisionismo moderno, pues permitió que se engendrasen en el
Movimiento Comunista Internacional todo tipo de teorías antimarxistas sin
impugnación. Todo partido que se autodenomine comunista pero que no condene el
XX congreso tanto en la teoría como en los hechos (v. transición pacífica al
socialismo, coexistencia pacífica defendiendo la paz social de los países
imperialistas, la teoría del partido y estado de todo el pueblo que niega el
carácter de clase del socialismo hasta el comunismo completo, etc...) estimamos
que es un partido (aparte de revisionista carcomido) hipócrita, ya que en ese
XX congreso se atacan a los pilares fundamentales del leninismo.
¡Camarada
comunista, si no sólo de palabra repugnas al XX congreso del PCUS y sus más
diversas manifestaciones teórico-prácticas en el Movimiento Comunista, asiste
al I Congreso del P.C.T.E.!
III
- El
"socialismo de características específicas" y "de mercado"
es parte del revisionismo de Mao Zedong, Tito, Jrushchov, Browder, Carrillo,
Togliatti, Kim Il Sung, Fidel Castro, etc...
Como decía Stalin, no existe el socialismo específico sino
el socialismo científico. Las clases sociales y sus contradicciones son un
fenómeno objetivo y universal a día de hoy. Por ello, la nacionalidad deja de
tomar importancia en el análisis del problema y la ciencia leninista no pude
ser subvertida bajo esa excusa. Como vemos, la excusa del “socialismo nacional”
o “específico” se introdujo por elementos como Mao Zedong (Secretario general
del Partido “Comunista” de China desde 1935 hasta 1976), Tito (Secretario
general de la Liga de los “Comunistas” de Yugoslavia hasta su muerte), Kim Il
Sung (Secretario general del Partido de los “Trabajadores” de Corea hasta su
muerte), Togliatti (Secretario general del Partito “Comunista” Italiano hasta
los años 50), etc... como una excusa para dar rienda suelta a la apología del capitalismo,
sus leyes generales, y la pacificación de la lucha de clases, obrando así en
contra de los intereses del proletariado y las masas trabajadoras.
El P.C.T.E. se impone ante todas éstas corrientes
revisionistas para erradicarlas de una vez por todas, pues son las causantes de
la sumisión del movimiento comunista internacional ante la burguesía.
¡Camarada
comunista, si a ti tampoco te sirven las excusas bajo las que el revisionismo
se esconde y analizas los problemas de forma científica, en base a los axiomas
del marxismo-leninismo, acude al I Congreso del P.C.T.E.!
IV
- La U.R.S.S.
de 1921 a 1954 fue un Estado de dictadura del proletariado, y de 1954 a 1991,
un Estado socialimperialista.
La política exterior de la U.R.S.S. de Lenin y Stalin fue
una política radicada en el internacionalismo proletario y la ayuda
desinteresada a la lucha de los pueblos por su emancipación del yugo del
capitalismo en su fase imperialista, mientras que después del golpe de Estado
del revisionismo encabezado por Nikita S. Jrushchov, la U.R.S.S. viró a una
política de sometimiento de las democracias populares y de competencia rapaz
contra el imperialismo norteamericano por las fuentes de materias primas ya
repartidas. La invasión de Hungría en 1956, de Checoslovaquia en 1968, de
Afganistán en 1978, y un largo etcétera no son sino ejemplos del imperialismo
que el revisionismo trajo consigo.
Stalin hizo todo lo posible para ayudar a las democracias
populares a crear una economía independiente del extranjero, al basarla en la
industria pesada y los créditos generosos a un bajísimo tipo de interés.
Mientras, por el contrario, con Jrushchov la U.R.S.S comenzó una política de
recortes en los créditos, y abrió la época de la “división internacional del
trabajo”, según la cuál los países del COMECON debían ser apéndices de la
economía soviética revisionista.
Los revisionistas argüían que “Stalin era un imperialista pues invadió Polonia en 1939 y Finlandia
también”. A esas gentes les interesa una parte de la historia, pero otra
más importante la silencian. Desde luego, no se puede hablar de invasiones en
ambos casos. Para la historia de las relaciones con Polonia debemos remontarnos
a la Guerra Civil rusa (1919-1921). Polonia, regenerada como Estado tras los
tratados del fin de la I Guerra Mundial en 1918, y con apenas dos años de
existencia, bajo el mando del general filofascista Pilsudski, invadió los
territorios del Imperio ruso que efervescían en la revolución bolchevique tras
el impulso del ejemplo en la recién establecida República Socialista Soviética
Rusa (1917). Su intención imperialista y expansionista fue arrebatar los
territorios ya soviéticos de Ucrania y Bielorrusia, que lindaban con las
recientes fronteras polacas. En una guerra donde ni las lindes de la U.R.S.S.
ni de Polonia estaban claras, ambos ejércitos se lanzaron a la ofensiva sobre
el otro. El ejército rojo estaba apoyado por las masas trabajadoras allí donde
ponía el pie, mientras que el ejército pilsudskista causaba el terror, pues su
intención era crear una situación de bienestar en el territorio central de
Polonia, núcleo nacional de dicho país, a costa de los territorios periféricos,
arrebatados a un pueblo que se había levantado en la revolución. Tras la
Batalla de Varsovia en 1921, se firmó la paz con el Tratado de Riga, que se
mantuvo en vigor hasta un día antes de la entrada soviética en Polonia en 1939.
Efectivamente, como se preveía, los territorios ucranianos
y bielorrusos arrebatados al pueblo trabajador movilizado, que ya por ello se
mantenía resignado hasta el punto de crear sus propios Partidos Comunistas,
combativos y clandestinos por culpa del régimen de Pilsudski, fueron estrujados
hasta el punto de que los superbeneficios obtenidos de esa explotación
intensificada hasta límites animalescos parecían hacer a los obreros del centro
de Polonia que “con Pilsudski todo iba bien”. Nada más lejos de la realidad.
Tras la invasión nazi de Polonia en 1939 (irónica pues el
gobierno heredero de Pilsudski mantenía relaciones amigables con la Alemania de
Hitler), el pueblo de las zonas arrebatadas a la revolución en el Tratado de
Riga se movilizó de tal forma que, cuando acto seguido se canceló este acuerdo
con un gobierno ya inexistente (pues los muy cobardes de los capitalistas
polacos huyeron a Francia justo cuando los nazis pusieron un pie en “su
patria”, trasladándose luego a Inglaterra), la U.R.S.S. ocupó sin necesidad de
la violencia esos territorios antes arrebatados (y ni un palmo más) para
comenzar a frenar a los nazis. Mientras el Ejército Rojo se colocaba en
posiciones estratégicas para defender las grandes ciudades de la Unión
Soviética de la inminente amenaza nazi, y mientras el ejército rojo se
terminaba de desmovilizar de Mongolia, donde habían ayudado desinteresadamente
a expulsar a los invasores japoneses, para reforzar el frente occidental, se
hizo necesario un tratado de no agresión (que no colaboración) con la Alemania
Nazi. Sin éste tratado, el RibbentropMolótov, la Guerra hubiese tenido un color
muy diferente.
De ésta forma, quien invadió Polonia fue la Alemania nazi,
por mucho que le duela a la historiografía burguesa.
El caso de Finlandia es un caso análogo. Habiendo
conseguido su independencia gracias a que los bolqueviques les dejaron el
derecho de autodeterminación para separarse el Ducado Finés del resto de Rusia,
en 1918 estalló una Guerra Civil en Finlandia. El recién nacido Partido
Comunista Finlandés tomó ante las tropas blancas del general fascista Karl
Manerhein la mitad sur del actual territorio de Finlandia, llegando hasta la
ciudad de Tampere, que fue establecida capital roja. Los blancos se exiliaron
en el norte y, con ayuda de los mismos ejércitos imperialistas que atacaban ya
la incipiente U.R.S.S., fueron arrebatando todos los territorios a los rojos
hasta el punto de expulsarlos del país y ganar la guerra civil. No contentos
con esto, los sabuesos de Mannerheim establecieron en su territorio bases
militares de los Ejércitos imperialistas y, ante semejante presión, los
bolcheviques, desbordados por todos los frentes de la Guerra Civil y con el
conocimiento de que sin ganarla no podría haber construcción del socialismo ni
una dictadura del proletariado estable y duradera, accedieron mediante el
Tratado de Tartu a ceder territorios de Karelia a Finlandia, dejando la
frontera de la entonces capital rusa, San Petersburgo (luego Leningrado), a
escasos 14 kilómetros de un territorio, el finlandés, plagado de bases
imperialistas. Con motivo de la Guerra Mundial, la Unión Soviética procuró por
todos los medios diplomáticos posibles que Finlandia, que se había declarado
neutral, retirase sus fronteras hasta donde antes del Tratado de Tartu, al menos
momentáneamente, y les dejase usar un archipiélago cercano para establecer una
base naval soviética. Ante la negativa constante de los capitalistas
finlandeses y ante el hecho de que su “neutralidad” se tradujo en la creación
de bases militares nazis en el territorio que la U.R.S.S. les pidió como
avanzadilla para defenderse de la inminente invasión, la Unión Soviética no
pudo mas que usar la fuerza para conseguir esos territorios, creándose tras la
Guerra de Invierno (1939) la República Socialista Soviética de Karelia.
¡Camarada
comunista, si a tí también te asquean las mentiras sobre la historia del
comunismo, sin confundirlo con el revisionismo, acude al I Congreso del
P.C.T.E.!
V - Cuba y Norcorea son revisionistas y por lo tanto,
capitalistas
El régimen que opera en la Isla caribeña y en la mitad
norte de la Península coreana, por mucho que les duela a los revisionistas y
burgueses del mundo, no es el socialismo, sino los resquicios más arrastrados y
viles del revisionismo que se propugnaba contra la ciencia marxista-leninista,
cuyas cabezas visibles son Marx, Engels, Lenin, Stalin y Hoxha.
En esos territorios impera a sus anchas la producción
mercantil (ergo la propiedad privada sobre los medios de producción y por ende
la explotación del trabajo asalariado) y el capitalismo monopolistas de Estado.
Ambos casos son descubiertos por sus teorías claudicadoras ante los
explotadores, en el juche del calco del maoísmo titulado “democracia
progresista” (véase la teoría oportunista de Mao, “nueva democracia”, que
propugnaba una colaboración con los capitalistas nacionales y venderles la
dirección del movimiento revolucionario, creando una república capitalista y
estableciendo una “muralla china” entre la revolución democrática, antifeudal,
y la revolución socialista, cuando ambas son parte inseparable de un mismo
proceso y se transita de la una a la otra en la medida de las fuerzas del
proletariado dirigente, dirección ésta que los revisionistas chinos y juche
vendieron). Cuba, con su teoría castrista de las nacionalizaciones “al 51%”,
dejando que el 49% de la economía siga siendo controlada por una burguesía que,
por lo tanto, debe existir y así también la explotación del trabajo por el
capital, comenzó a propugnar su revisionismo con la complicidad de Guevara
desde la época del golpe de Estado. Con las teorías foquistas del Ché a las que
se suscribió Fidel y toda esa calaña revisionista, se carecía de asambleas
obrera con las que sustituir al Estado burgués recién conquistado. Así, ésta
máquina de opresión siguió igual.
Los cubanos sólo se manifestaron como “comunistas” cuando
recibieron la “ayuda” de la U.R.S.S. socialimperialista, que la convirtió en
una neocolonia. Antes, en una gira por EE.UU de Fidel, éste se manifestó de
todas formas posibles como anticomunista. No en vano, en el programa del
Movimiento 26 de Julio que los llevó al poder se abogaba por la “tercera vía”
pequeñoburguesa, que es una caludicación ante la explotación.
¡Camarada
comunista, si tú tampoco caes en el sentimentalismo con los países
revisionistas y los tratas como lo que son, acude al I Congreso del P.C.T.E.!
VI - La caída del muro y del bloque del Este fue la
caída del revisionismo soviético
La Perestroika y todos los sucesos ulteriores significaron
la victoria de la facción más aperturista dentro de la nueva burguesía
soviética, creada a raíz de la clase de los burócratas chupópteros de plusvalía
que Jrushchov instauró con sus teorías del “Estado de todo el pueblo”. Esa
teoría sustituía la propiedad estatal soviética por la propiedad “directa de
los obreros”, lo que significaba que las organizaciones obreras ya no eran más
organizaciones del Estado, abriendo el paso a la burocratización de éste. Hoy
muchos dirigentes revisionistas gastan tinta teorizando sobre la restauración
del capitalismo y la desintegración del Movimiento Comunista Internacional.
Muchos de ellos son los mismos que alaban a Honecker y Trotski, los líderes
castristas-guevaristas, al juche, etc... Pero su crítica y teorizaciones como
hemos podido comprobar comienza en el revisionismo y termina en el antimarxismo
más descarado y estúpido. Están perdidos porque no tienen la brújula
marxista-leninita que rechazaron tiempo atrás y no dan muestras de querer
volver a tenerla. En cambio aquellos que se guían por el marxismo-leninismo
saben distinguir entre la gloriosa época de los obreros soviéticos y del mundo
que dirigidos por Lenin y Stalin derrotaron a los enemigos de la Revolución
Comunista;, a la época de la degeneración y descomposición nada gloriosa de los
traidores renegados Jruschov, Breznevh y Mao Zedong y sus servidores alrededor
del mundo (v. los castristas, los juche, los Lister, Dolores Ibarruri, etc.).
El régimen que cayó en 1991 no fue el socialismo, sino el
revisionismo de los herederos de Jrushchov: Gorbachev y Ramiz Alia, entre
muchos otros.
¡Camarada
comunista, si como abnegado al proletariado que eres te es indiferente bajo que
bandera exploten y opriman a los trabajadores sino el mero hecho de que opriman
a los trabajadores te causa animadversión, asiste al 1er congreso del P.C.T.E.!
VII
- El
"socialismo" del siglo XXI y sus acólitos no son ni socialismo, ni
revolución, sino reformismo y defensa del capitalismo.
Las demandas económicas de la clase obrera crean todo tipo
de teorías, en especial las de corte reformista-burgués. Todas estas teorías se
han fundido, hoy, en el mayor conato de reformismo pseudorrevolucionario jamás
conocido: el “socialismo” del siglo XXI, engendrado en Venezuela en su forma
actual. Estas teorías, en general, podemos ver cómo se plasman en todo tipo de
ejemplos alrededor del mundo, cada cuál aportando su granito de arena a la
teoría antimarxista de la misma.
La burguesía venezolana pro-rusa y pro-china, aliada con
varios militares (v. Hugo Chávez) y aliados políticos (v. el PCV, PSUV, etc.)
consiguió ganar gran parte del poder político mediante un golpe de Estado
disfrazado de revolución. Claro está que para poder mantenerse de una manera
más sólida que los anteriores gobiernos necesitaba que parte de las masas
populares venezolanas estuviesen engañadas o sobornadas y les apoyaran, o
estuviesen neutralizadas. Y en esa coyuntura histórica venezolana nació el
Socialismo del Siglo XXI tal y como hoy lo conocemos. Esta teoría recibió el
apoyo de los revisionistas de diversa índole: los castro-guevaristas, los
revisionistas soviéticos, los trotskistas, etc., etc... pues era un resurgir de
su progenitor el revisionismo bernsteiniano criticado por Marx, Engels y Lenin
en vida.
El sustento teórico e ideológico en el que se apoyó esta
facción de la burguesía venezolana para poder llevar a cabo sus planes
políticos y económicos fue como decimos el Socialismo del Siglo XXI. El
conjunto teórico de esta ideología fue formulado a través de la conjunción de
todas las experiencias revisionistas de la historia, entre las que destacamos
el bernsteinianismo, el kautskysmo, el trotskismo, el maoísmo, el eurocomunismo
y el titoísmo. Esta teoría fue formulada por diversos renegados revisionistas,
socialdemócratas y demás fauna antiproletaria, siendo el más famoso de entre
estos el anarco-trotskista Heinz Dieterich Steffan.
El fenómeno reformista del socialismo del siglo XXI no es,
sin embargo, algo único de la realidad venezolana. Si es cierto que esta es uno
de los lugares primerizos y donde más ampliamente se ha aplicado estas teorías,
y que por cierto, es donde se ha demostrado su fracaso (a parte de en Grecia).
Y no es algo lejano para nosotros: a los comunistas del estado español nos
incumbe, ya que esta teoría se está tratando de llevar a cabo, parcialmente, en
España con UNIDOS PODEMOS (pese a que los pequeño burgueses trotskistas
"socialistas" del siglo XXI como Monedero, Errejón e Iglesias entre
otros, ahora renieguen de la Venezuela
"""socialista""" y la condenen. Pero ya sabemos
que cada revisionista barre para su burguesía).
Vamos a ver un ejemplo práctico de éste “capitalismo bien
gestionado”:
“En un
documento hecho público por los medios locales y que se extiende durante un
total de 21 páginas, los acreedores de Grecia desgranan las exigencias al Gobierno
heleno a cambio de abonar el siguiente tramo del rescate, entre ellas la bajada
del salario mínimo en 2017 hasta los 586 euros y la limitación de las primas
por antigüedad. La fijación de este suelo salarial, dice el documento, sería
decretada por el Gobierno del primer ministro Alexis Tsipras y en su decisión
los sindicatos no podrían negociar sino que tendrían un mero papel consultivo.
Los acreedores también piden a Grecia la eliminación de las pagas extra para
los nuevos contratados y que se suprima definitivamente la negociación
colectiva sectorial, es decir, que las condiciones de trabajo se negocien
dentro de cada empresa. El Gobierno griego ha reiterado en múltiples ocasiones
que en la siguiente revisión del rescate pediría a los acreedoras la recuperación
de dicha negociación colectiva.” (Diario Expansión, La troika
exigirá a Grecia que acometa una profunda reforma laboral, 10/7/2016).
Ante noticias como ésta los
revisionistas autóctonos se indignan y gritan: ¡La troika está boicoteando a
los griegos! Sí, en efecto. Pero, ¿por qué? Porque el “socialismo” del siglo
XXI toma el Estado burgués y deja las relaciones de producción, donde reside el
verdadero poder, de clase, que domina a ese Estado en última instancia,
intactas. ¡Se quejan de que les golpean cuando se colocan una diana en la
frente e intentan abrazar al enemigo! Los capitalistas no quieren abrazos. Que
se lo digan a los mares de sangre que han derramado para protegerse como clase
dominante.
Sólo la revolución proletaria y la dictadura del
proletariado tal y como la llevaron a la praxis Marx, Engels, Lenin, Stalin y
Hoxha es capaz de acometer las tareas históricas del proletariado y las masas
trabajadoras, en cuyas manos está el porvenir.
Pero, ¿y Venezuela?
“El
mandatario [Nicolás Maduro] anunció un incremento del sueldo mínimo de 30
por
ciento. El excedente diario no cubre el precio de un café, ni de una empanada.
Hacen falta 9,4 mensualidades para cubrir la canasta alimentaria”
(http://www.infobae.com/2016/05/02/1808478-venezuela-el-aumento-salarial-nicolasmaduro-alcanza-comprar-un-huevo-dia/)
Todos esos apologistas de la explotación son quienes echan
mares de escombros sobre los clásicos del marxismo-leninismo.
El socialismo del siglo XXI es parte integrante del
reformismo moderno y su base teórica lo constituye un conjunto de teorías
premarxistas, revisionistas y reformistas. En España, UNIDOS PODEMOS, como
unión ecléctica de revisionistas de diverso tipo (v. eurocomunistas, maoístas,
socialdemócratas, trotskistas y pequeño burgueses como burgueses de diferente
capa), siguen esta desviación teórica general aplicada a la realidad española
(con su inseparable tinte keynessiano).
El “socialismo” del siglo XXI se basa en el precepto de la
negación tanto del poder soviético, como de la dictadura del proletariado. Al
contrario; según las condiciones preconizan o el golpe de Estado o la victoria
electoral, para construir un “socialismo” mediante la constitución capitalista,
la existencia del modo de producción del imperialismo, y la explotación del
trabajo por el capital. Ante semejante farsa de “socialismo”, en la que ya
nadie confía, nos tenemos que levantar.
¡Camarada
comunista, si estás harto de cómo el revisionismo del siglo XXI juega con la
herencia del comunismo desacreditándola, acude al I Congreso del P.C.T.E.!
VIII -
La línea correcta es la línea del Partido del
Trabajo de Albania, que tomó la bandera de Marx,
Engels, Lenin y Stalin.
Hoy día teniendo en mano todos los documentos del
Movimiento Comunista y Obrero Internacional se puede apreciar como el PTA fue
el único partido que tras el putsch revisionista se mantuvo combativa desde su
fundación frente a los revisionistas y la burguesía, y como Albania fue el
único país que siguió la construcción socialista y comunista. Después de que la
U.R.S.S. retrocediese de su construcción socialista al capitalismo, el Centro
Revolucionario Mundial se desplazó a la patria del proletariado mundial en esos
entonces: a Albania socialista.
Ya en los inicios de la edificación del partido se mantuvo
firme frente a las tesis trotskistas, conciliacionistas y liquidacionistas que
invadían el partido. Fue de los pocos partidos de Europa que aplicaron a su
realidad albanesa las tesis del VII congreso de la Internacional Comunista así
como los principios leninistas del PC(b) de la U.R.S.S. Se demostró bajo la
práctica militante del PTA que las enseñanzas de la Revolución de Octubre
fueron universales, y sólo aquellos que no las siguieron (los partidos
comunistas del occidente) fracasaron de cara a la revolución proletaria.
Fueron los primeros en denunciar al revisionismo titista en
cualquier circunstancia y les enseñaron los dientes pese a las presiones
chovinistas e imperialistas que les ejercían los titistas. Con la ayuda
internacionalista de Stalin la desviación titista fue desenmascarada a nivel
mundial. Tras la degeneración generalizada de todos los partidos comunistas,
los cuadros del PTA fueron impolutos en su defensa del marxismo-leninismo y
retrataron a todos los críticos con Stalin (incluído un Mao que se suscribió
sin problemas a las tesis del XX Congreso del PCUS, que le abrían un mundo de
oportunidades para teorizar falacias antimarxistas) como lo que eran: unos
necios al servicio del capitalismo mundial. Browder, Tito, Jruschov, Mao... y
una larga lista de revisionistas que fueron desenmascarados y tarde o temprano
gracias al enorme trabajo internacionalista y revolucionario del PTA, el
proletariado victorioso les enterrará en el estercolero de la historia. Como
hemos podido comprobar su ayuda teórica transciende los límites de Albania y
para los verdaderos comunistas españoles nos es vital su legado teórico, ya que
en el Movimiento Comunista Español pululan los huérfanos de los revisionistas
soviéticos y chinos, entre otros.
Albania y el PTA construyeron el socialismo basados en sus
propias fuerzas hasta que la traición de Ramiz Alia tuvo lugar. Hoy, en base a
ésta experiencia, sabemos cómo frenar a esos elementos claudicadores para que
no vuelva a ocurrir.
Stalin, fiel discípulo y heredero de Marx, Engels y Lenin
tenía una inestimable confianza en Enver Hoxha y el PTA; a diferencia de los
decepcionantes Mao, Jruschov, Molotov, etc. Y una vez más la historia le da la
razón.
El camarada Enver se alzó por su actitud insobornable y su
prolífica obra a las alturas de un clásico indiscutible del marxismo-leninismo.
¡Camarada
comunista, si defiendes la bandera del PTA y Enver Hoxha, que en esencia es la
bandera de Marx, Engels, Lenin y Stalin, la bandera de la heroica Internacional
Comunista y la Komintern., asiste al I congreso del P.C.T.E.!
IX - Marx, Engels, Lenin, Stalin y Hoxha son los
clásicos indiscutibles del movimiento comunista.
Para nosotros, y en vistas a todo lo que hemos ido
comentando, la ciencia que lleva a la liberación del proletariado, las masas
trabajadoras y la humanidad es la ciencia marxista-leninista, y sus baluartes
intachables, Karl H. Marx (1818-1883), Friedrich Engels (1820-1895), Vládimir
I. Lenin (1870-1924), Iósif V. Stalin (1878-1953) y Enver H. Hoxha (1908-1985).
Cualquier calumnia contra éstos y grandes marxistas como
José Díaz, Georgi Dimitrov, Boleslaw Bierut, Klement Gottwald, Nexhmije Hoxha,
etc... es una calumnia ignominiosa para los explotados del mundo y debe ser
tratada como tal. Sólo en base al socialismo científico, estructurado en torno
a la obra de nuestros clásicos, se puede conseguir la dictadura del
proletariado y con ella la liberación de la humanidad ante el imperialismo.
Sólo con ésta teoría y práctica, con el marxismo-leninismo sin concesiones de
ningún tipo, esta tarea deja de parecer una imposibilidad y se hace una
realidad, como ya ocurrió en el pasado. El feudalismo, envuelto en una serie de
contradicciones irresolubles por su modo de producción y clase dominante (tal y
como hoy se presenta el imperialismo, como fase superior del capitalismo), no
cayó a la primera, pero su derrota era tan ineludible como la del capitalismo,
que hace tiempo ha creado a un sepulturero, el proletariado, que le lleva
echando tierra encima para enterrarlo a pesar de las muchas pataletas y
resistencias fútiles que el capitalismo haga. Esos esfuerzos sólo se pueden
culminar con la guía del Partido marxista-leninista, del que España estaba
huérfana. Ésta situación es la que, con el tiempo, queremos revertir mediante
nuestro gran esfuerzo.
El P.C.T.E. se estructura como el partido más fielmente
seguidor de las enseñanzas de sus clásicos, para su aplicación creadora en la
actualidad. Ésto no significa (como pretenden los revisionistas y
claudicadores) negociar con los principios del materialismo histórico y
dialéctico que, como decía Stalin, llevan irremediablemente al socialismo
proletario de Marx, sino saber aplicar esos principios probados por la ciencia
e imborrables a las condiciones actuales del movimiento obrero, en cuyas manos
está el porvenir de la humanidad.
¡Camarada
comunista, si quieres participar en ésta gran tarea de defender el pensamiento
práctico de los clásicos del marxismo-leninismo, acude a nuestro I Congreso!
X - Se necesita estructurar un Partido de nuevo tipo
que tome en su haber la línea ideológica del
PCE (1934-1941), del PSUC (1936-1948), del PCUS
(1903-1953) y del PTA (1948-1986)
Después de toda esta exposición, no nos caben dudas. Acudir
al Congreso del P.C.T.E. es la labor de todos los comunistas verdaderos del
Estado español. El P.C.T.E. no es otro partido más que sólo tiene el nombre de
comunista, como todos aquéllos que llevan décadas desencantando a las masas
trabajadoras de España. El P.C.T.E. es un Partido que toma en su haber la
experiencia de todos los intentos anteriores de hacer lo que hoy estamos
haciendo nosotros (crear el Partido de vanguardia marxista-leninista, que
organiza a los obreros conscientes y a los luchadores por la dictadura del
proletariado y su consecuencia, el comunismo, la liberación de la humanidad),
para tomar las posibles virtudes de éstos y completarlas con una línea que no
vacila ante el oportunismo y que, con un fin estratégico claro y
revolucionario, consecuente con las enseñanzas de los clásicos
marxistasleninistas, llegará a consecuir los intereses radicales del
proletariado y las masas trabajadoras mediante las combinaciones tácticas que
permitan que las masas trabajadoras se organicen en sus propios Consejos en
forma masiva, que sus organizaciones se agrupen por el programa mínimo del
P.C.T.E. en un Frente, y que los militantes de base engañados por los partidos
revisionistas y que están por la dictadura del proletariado se unan al Partido
Comunista del Trabajo de España.
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